miércoles, 15 de abril de 2015



Queridas Familias, nos encontramos en una nueva semana y podemos ver que el tiempo vuela, el semestre avanza y junto con ello, los aprendizajes de nuestros estudiantes se comienzan a reflejar en sus primeras calificaciones.  Les quiero contar que ya se han iniciado los apoyos de acompañamientos complementarios en el aula común y que durante la próxima semana se iniciarán los talleres en el aula de recursos (sala de psicopedagogía).  Como Equipo Psicopedagógico, estamos ciertas de que cada día damos pasos seguros hacia el avance del alumnado que atendemos y que estamos trabajando permanentemente en pro de la inclusividad educativa.  

Esta semana  los dejo con el artículo de nuestra Psicopedagoga Janira Silva J., quien aborda una interesante temática acerca del Trastorno por Déficit Atencional.  Esperando que la información entregada sea provechosa, me despido cordialmente.



Consecuencias y tratamientos del Trastorno por Déficit Atencional: Una guía de orientación.




Seguramente para muchos de ustedes son familiares las siguientes frases: “su hijo/a no copió nada en clases, no pone atención, se para, conversa y molesta a los demás compañeros” o bien, usted misma/o lo ha castigado o retado porque pierde frecuentemente sus pertenencias y olvida las cosas que le pide, por lo que se le ha tildado de “flojo”, “rebelde” y otros adjetivos para describir su conducta. En consecuencia, usted seguramente ha intentado de una y mil maneras  que su hijo/a cambie la forma en que se comporta en la escuela, muchas veces sin resultados, entonces se pregunta ¿qué puedo hacer, cómo puedo ayudarlo?, estas preguntas podrían estar por mucho tiempo en su cabeza si no se toman las medidas adecuadas, pues como se ha venido mencionando en este blog, los síntomas que el niño/a presenta no son voluntarios, y si no se le brindan los apoyos puede acarrear graves consecuencias, como por ejemplo: una baja autoestima, bajo rendimiento académico, problemas o conflictos con sus compañeros, entre otros. Entonces, ¿cuáles son las medidas o acciones que ustedes como padres pueden tomar?

Existen dos alternativas que son las más recurrentes y que siempre es el especialista médico quien decide.  Ambas alternativas requieren de su total compromiso y dedicación para que sus hijos/as tengan los mejores resultados:

TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO


 Corresponde a la medicación otorgada por el médico especialista (neurólogo, psiquiatra), y que sólo él puede recetar en cuanto al tipo de medicamento, los horarios y la dosis adecuada.  Además, si bien es cierto que no todos los niños/as necesitan fármacos, cuando el médico especialista los receta, es porque son necesarios, por lo que usted debe cumplir con las indicaciones otorgadas por este profesional. Sin embargo, a pesar de que un gran porcentaje de niños/as responde bien a este tipo de tratamiento, es necesario que usted se informe de las ventajas y desventajas que esto conlleva, de modo que pueda apoyar a su hijo/a de la mejor forma posible, adecuando las expectativas a la realidad, según su situación particular.

Es importante tener claro, que el medicamento no desaparecerá el Trastorno por Déficit Atencional, sino que sólo reducirá la manifestación de sus síntomas. Del mismo modo, se le debe explicar al niño/a, que sus progresos no son exclusivamente por ingerir un medicamento, sino más bien, hacer énfasis en el esfuerzo que él o ella debe hacer para progresar, premiándole por sus logros y reconociendo sus esfuerzos.


Tratamiento no Farmacológico

Corresponden a todas las medidas que usted puede poner en práctica para apoyar el desarrollo de su hijo/a, tomando en cuenta siempre sus intereses y características particulares, alguna de ellas son:


-          Ejercicios de relajación, como yoga o de respiración para lograr que pueda controlar sus impulsos e inducir a pensar antes de actuar.

-          Fomentar los hábitos de estudio. Es Importante que el niño/a tenga, en lo posible, un espacio donde estudiar, libre de elementos que puedan distraerlo. Además de formar dicho hábito, es importante que su hijo/a estudie por periodos cortos de tiempo, por ej.: 20 minutos, y dar recreos de 10 minutos aproximadamente, para evitar la fatiga y favorecer su concentración.

-          Cuando le solicite realizar alguna tarea, tanto de la vida cotidiana como escolar, trate de que las instrucciones sean de manera parcelada, es decir, paso a paso y de forma reiterada, pidiendo que le explique con sus propias palabras lo que debe hacer.

-          Realizar pautas de rutinas en el hogar que contengan metas y los pasos para conseguirlas, de esta forma se crea una estructura organizada y planificada que le otorga claridad al niño/a en las cosas que tiene que hacer, tanto para los momentos adecuados de estudio como de ocio o juegos.

-          Estimular positivamente los cambios y progresos de su hijo/a con demostraciones afectivas y de cariño para que se sienta apoyado, querido y capaz de lograr las metas y aprendizajes que se propone.

             
Otro aspecto muy importante, es explicarle al niño/a, que no se encuentra enfermo/a, por lo que, de necesitar medicación, evite el término “remedios” o “pastillas” y reemplácelo por otras palabras, como por ejemplo “vitaminas”.  Se debe hacer mención a que todos somos diferentes y necesitamos de diversos apoyos a lo largo de nuestra vida.


Por último, cabe señalar que ambos tratamientos son complementarios y, como ya se ha mencionado, requieren de su total compromiso para que su hijo/a sea beneficiado, pues verá que mejorará en todos los aspectos de su vida, tanto en la escuela como en el hogar, pero por sobre todo, será una persona más feliz y se sentirá motivado/a con su propio aprendizaje.